lunes, 10 de septiembre de 2012

Habría que ayudarle a respirar a los niños pobres

Quizá pueda ayudar para mitigar el hambre

No es que no haya que valorar el hecho de que una multitud se reúnan para respirar y aprender el arte de vivir.
Solo que siempre da la casualidad de que esos eventos se hacen para gente de clase media, quienes obviamente teniendo el estómago lleno, solo necesitan que alguien les ayude a respirar (No tengo nada contra la clase media, solo es una comparación para entender lo que quiero expresar)

Además los cursos tienen un costo, del mismo modo la venta de libros y CD.

Pero que casualidad, parece que Dios solo atiende en Buenos Aires o en las ciudades importantes, hubiese sido lindo hacer un ejercicio de respiración en el Chaco, Formosa o el Litoral argentino, donde hay niños con hambre y grandes también, pero claro, en esos lugares antes de comenzar el ejercicio de respiración habría que tomarse el tiempo para darles un poco de comida, porque sino, con aire solo no va la cosa.


No es que quiera ser agua fiestas; pero pensemos un poquito, si estos sujetos fueran tan "dioses" primeramente acudirían al clamor de los que sufren de verdad, a los que no tienen vos, a los postergados del mundo, Jesucristo estuvo primeramente al lado de los necesitados, los hambrientos, enfermos y postergados y luego fue a la gran ciudad para que lo crucificaran.

Muchas veces el verdadero problema de la gente es que se vive tanto para si mismo, sin importar el otro, que eso termina siendo una enfermedad, cansados de tener comodidades nadie se pone a pensar que hay millones en el mundo que ni siquiera se pueden dar el lujo de estar stressados, de que stress le podemos hablar al que sale a juntar cartón con un carro, o que viven en el interior sin agua, sin luz, sin alimentos, sin una vivienda digna, como lo hay también en la India, África y en todo el mundo, creo que el stress es el mal de la comodidad y el egocentrismo.