Políticos reprobados
Cuando los gobernantes no dan pié con bola en la administración de los países que gobiernan, es bueno que algún ciudadano ignorante les de un poco de cátedra en el tema.
El tema es así, si alguien es "especialista" en hacer alguna cosa y la hace mal, entonces sería bueno que dejara a alguien sin experiencia, que tal vez lo haga mejor.
En el año 2001, antes de la gran crisis, yo estaba en el patio de mi casa escuchando en la radio un discurso de el ministro de economía Domingo Cabalo, quien daba detalle de las medidas a tomar con respecto a el corralito que pensaba implementar en el país.
El señor Domingo Cabalo graduado en las mejores universidades del mundo, si no me equivoco: en la Universidad de Harvard en los Estados Unidos, daba cátedra de como serían las medidas a tomar con respecto al corralito, mientras el ignorante Carlos se agarraba la cabeza en el patio de su casa sabiendo de antemano los desastres que iban a generar semejantes medidas. ¿Resultado? Crisis del 2001, destitución de un gobierno, miles de personas con problemas del corazón y aún muertes por ese motivo, cientos de miles de personas que perdieron sus ahorros y nunca recuperaron sus dólares, ni aún en pesos, millones sin trabajo, crisis nacional.
El ignorante Carlos, es el que escribe hoy esta nota, quién también se agarra la cabeza ante las medidas descabelladas de ciertos funcionarios que no han entendido su rol con respecto de la administración de un gobierno.
Yo diría que un gobierno es como el trabajo de un apicultor, el apicultor no produce la miel, sino que cuida la colmena para que las abejas trabajen sin impedimentos, no putea porque las abejas obreras son acopiadoras insaciables, como putean ciertos gobiernos contra el capitalismo, o el afán de ahorro de la gente, sino que por el contrario; sabe que de esa labor depende el bienestar de la colmena.
No se inmiscuye demasiado en los problemas que tiene las obreras con los zánganos ellas por naturaleza saben lo que deben hacer, su labor tiene que ver más bien con lo que se debe hacer desde afuera de la colmena, es decir: colocarla en un lugar seguro, al reparo de los vientos, que tenga sol, fuera del peligro de las hormigas, buscar una zona donde haya flores, etc.
Cuando el gobierno se mete demasiado en el manejo interno del país, lo único que hace es impedir el libre comercio y la posibilidad de que los habitantes desarrollen sus capacidades de valerse por si mismos, lo que si debe hacer el gobierno es asistir a los ciudadanos en caso de crisis, desempleo, enfermedad etc. Como el apicultor en tiempos de sequía o en largas temporadas de invierno se ocupa de asistir a su colmena con jarabes y alimentos azucarados para que la colmena no se debilite.
Cuando la colmena esta fuerte y crece, el apicultor se ocupa de agregar alzas o cajones con cuadros para que las abejas tengan espacio, no las matan porque ellas pican, sino que sabe como manejarse para que ellas confíen en él y no lo ataquen. Ellas pican porque es su defensa, como el ciudadano desconforme hace reclamos y protestas callejeras.
El estado debe implementar leyes justas para que sea posible la convivencia entre ciudadano y ciudadano, como el apicultor sabe hacer cría de reinas para que su colmena no se enjambre y se pierda un núcleo de población. Las personas por naturaleza buscan crecer, trabajar, estudiar, mejorar, como las abejas saben acopiar néctar y producir miel. Así tampoco es necesario que el gobierno intervenga demasiado, simplemente debe dedicarse a su tarea de administrar, cuidar y proteger al ciudadano común, quien esta indefenso ante cualquier ataque armado o de cualquier índole ajena a su medio.
El apicultor también cuida su colmena de ataques exteriores, hormigas, plagas etc. Que puede perjudicar a su colmena; pero la naturaleza de las abejas es el trabajo, el cual en algunos casos es extremo y llegan a morir en alguno de sus viajes y eso es lo que explota el apicultor para después obtener buena miel. Del mismo modo el gobierno, debe crear el ambiente propicio para el crecimiento y desarrollo de una nación, permitir que el que produce pueda exportar sus productos con libertad y el que importa también pueda hacerlo con leyes claras y equitativas.
Debe dar seguridad a quienes vengan a invertir al país para que haya trabajo, como también hacer cumplir las leyes laborales para que el obrero no sea explotado por su empleador. Pero cuando el gobierno empieza a hacer otra cosa, maltrata a sus ciudadanos, sale en defensa de unos en desmedro de otros, se quiere atribuir el crecimiento como algo propio y no del pueblo y se siente con el derecho de repartir a quien quiera lo que cree suyo y no de la gente, realmente lo que esta produciendo dentro de la sociedad es el caos, la división, el odio y por ende crecen los conflictos y el país se frena.
Amigos gobernantes, no son salvadores de nada, cuando en una colmena, la reina esta vieja y no puede producir, las abejas la cambian por una reina nueva, porque para ellas la prioridad es la conservación de su hábitat, aún a costa de su propia vida.
sábado, 29 de septiembre de 2012
El sofismo de Cristina
¿Mentiras verdaderas o verdaderas mentiras?
Lo que Harvard nos dejó, se podría definir como un sabor amargo de lo que, nosotros los argentinos, ya estamos acostumbrados, que nos mientan todo el tiempo, pero Harvard revela algo más, el hecho de que un presidente no pueda enfrentar a un grupo de jóvenes estudiantes con el solo hecho de decir la verdad y sin necesidad de la utilización de sofismos.
Habla a las claras de que se ha construido un modelo en base a la mentira el cual se ha transformado en una madeja de hilos que con el solo hecho de decir una verdad podría hacer caer todo lo edificado; como una torre construida con cartas de cartón, que al caer una sola sería suficiente para hacer caer todo el edificio.
Que fácil sería decir: "Si... la inflación se nos ha ido un poco de las manos" después de todo, cualquier presidente puede cometer errores, cualquier modelo de país puede equivocarse y tomar conciencia del error para ir mejorando sobre la marcha; de la cual dependen millones de argentinos. Negar la realidad es como el enfermo de cáncer que se niega ir al médico.
Pero cuando un modelo esta basado en el engaño, decir una verdad puede provocar un Tsunami de efecto dominó hacia atrás, una mentira desataría otra mentira, y otra la otra, y así una sucesión de cosas que no es grato para quienes se coronan de soberbia y prefieren hundirse con el barco antes de enviar el tan anhelado SOS.
Argumentar falsamente, pero con apariencia verdadera, con la que se pretende confundir a las otras personas. Igual a sofismo.
En este caso, los alumnos de Harvard; pero a la vez se les ha mentido a todos los argentinos, sin embargo aún así queda muchas preguntas sin respuestas; ¿Como sería decir la verdad y blanquear ahora que el país no esta bien, que hay inflación y cepo al dólar, etc.etc.?
Automáticamente vendría una avalancha de preguntas ¿Pero si el país no esta bien, como es posible que usted en nueve años de gestión, junto a su esposo haya aumentado su patrimonio personal de siete millones de dólares a setenta millones?
En la época de Menem; nadie se atrevía, luego que él dejo el mandato, a desactivar la bomba de la convertibilidad, lo hizo Duhalde, no sin antes ofrecer un millón de planes sociales para que actúe como una especie de calmante y aquietar a la convulsionada sociedad.
Ahora ¿Quien se animará a desactivar la bomba de la mentira K?
¿Mentiras verdaderas o verdaderas mentiras?
Lo que Harvard nos dejó, se podría definir como un sabor amargo de lo que, nosotros los argentinos, ya estamos acostumbrados, que nos mientan todo el tiempo, pero Harvard revela algo más, el hecho de que un presidente no pueda enfrentar a un grupo de jóvenes estudiantes con el solo hecho de decir la verdad y sin necesidad de la utilización de sofismos.
Habla a las claras de que se ha construido un modelo en base a la mentira el cual se ha transformado en una madeja de hilos que con el solo hecho de decir una verdad podría hacer caer todo lo edificado; como una torre construida con cartas de cartón, que al caer una sola sería suficiente para hacer caer todo el edificio.
Que fácil sería decir: "Si... la inflación se nos ha ido un poco de las manos" después de todo, cualquier presidente puede cometer errores, cualquier modelo de país puede equivocarse y tomar conciencia del error para ir mejorando sobre la marcha; de la cual dependen millones de argentinos. Negar la realidad es como el enfermo de cáncer que se niega ir al médico.
Pero cuando un modelo esta basado en el engaño, decir una verdad puede provocar un Tsunami de efecto dominó hacia atrás, una mentira desataría otra mentira, y otra la otra, y así una sucesión de cosas que no es grato para quienes se coronan de soberbia y prefieren hundirse con el barco antes de enviar el tan anhelado SOS.
Argumentar falsamente, pero con apariencia verdadera, con la que se pretende confundir a las otras personas. Igual a sofismo.
En este caso, los alumnos de Harvard; pero a la vez se les ha mentido a todos los argentinos, sin embargo aún así queda muchas preguntas sin respuestas; ¿Como sería decir la verdad y blanquear ahora que el país no esta bien, que hay inflación y cepo al dólar, etc.etc.?
Automáticamente vendría una avalancha de preguntas ¿Pero si el país no esta bien, como es posible que usted en nueve años de gestión, junto a su esposo haya aumentado su patrimonio personal de siete millones de dólares a setenta millones?
En la época de Menem; nadie se atrevía, luego que él dejo el mandato, a desactivar la bomba de la convertibilidad, lo hizo Duhalde, no sin antes ofrecer un millón de planes sociales para que actúe como una especie de calmante y aquietar a la convulsionada sociedad.
Ahora ¿Quien se animará a desactivar la bomba de la mentira K?
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