miércoles, 7 de marzo de 2012

Echale la culpa a Duhalde


De tanto que Kirchner le enseñó a sus colaboradores a echarle la culpa a Duhalde, pasó que una mañana en una reunión de ministros con la presidenta, a Boudu se le escapó un pedo. La presidenta sentía un fuerte olor, y dijo: "UUU ¿"quien se tiró un pussss"? Boudou; todo colorado le respondió: "Fue Duhalde presidenta".

Schiavi, victima de su propia intolerancia


La intolerancia kirchnerista, a que tanto nos tienen acostumbrados, le hizo abrir la boca por demás, el pobre tipo no se percató que cuando las cosas salen mal, en el kirchnerismo como en cualquier otro modelo político, lo primero que hacen es cortar el hilo por el lado más fino.

Como tendrá que tragarse sus palabras, cuando dijo que un poco más la culpa la tienen las víctimas en el choque de trenes de Once, por irse todos para adelante. ¡Payaso!!!

Coherencia, por favor, coherencia...


Las palabras del presidente de la Corte Suprema de Justicia tiene ese airesito como una especie de brisa fresca en un verano húmedo y caliente.
¿Que pide la ciudadanía? un poco de coherencia, por favor, en medio de tanta locura gubernamental.

Algunos párrafos de su discurso: (Clarín.com)

En un discurso de defensa de la independencia de los poderes, el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, hizo ayer un repaso de los principales temas judiciales del 2012 y destacó que “no se puede perseguir desde el Estado al que piensa diferente”. “Debe haber un equilibro de poderes. Los jueces deben proteger a los individuos y se deben evitar los abusos de toda clase de poder ”, señaló.

Además, Lorenzetti llamó a trabajar por un modelo que “evite que las tragedias ocurran” y aseguró que la Constitución “obliga a los prestadores de servicios a brindar un trato digno” .

En una sala de Audiencias repleta, Lorenzetti destacó que “la concentración de decisiones no puede ser un modo de actuar en nuestras instituciones”, ya que “tenemos que escuchar a todos; es mejor la inteligencia colectiva que la individual ”. “La publicidad oficial también puede afectar la libertad de expresión”, señaló.

También se refirió al “caso Patitó”, sobre libertad de expresión, y destacó: ”La critica es buena; no debemos censurarla”.

“Hay que tener un diálogo institucional serio. Tenemos una extraordinaria tendencia a que los problemas no se solucionan, se trasladan”, dijo. También cuestionó que “los dirigentes se pelean” públicamente mientras que “los grandes problemas no se solucionan”, y resaltó que como sociedad “ necesitamos maduración política y hablar de políticas de Estado que solucionen los problemas que aquejan a la gente común, que todos los días va a trabajar”.

El juez de la Corte advirtió que es necesario “un modelo que juzgue a quien tiene enfrente con imparcialidad, cualquiera sea el poder que ostente: económico, político o de otra naturaleza”, ya que “la justicia es igual para todos”, Lorenzetti estuvo acompañado por sus colegas Elena Highton, Carlos Fayt, Enrique Petracchi, Juan Carlos Maqueda, Raúl Zaffaroni y Carmen Argibay.

Entre los asistentes había numerosos jueces de otras instancias judiciales; los ministros de Justicia de la Nación, Julio Alak, y de la Ciudad de Buenos Aires, Guillermo Montenegro; el presidente del Consejo de la Magistratura, Manuel Urriza; y el titular de la Auditoría General (AGN) Leandro Despouy. También estuvieron presentes varios Embajadores, entre ellos Vilma Martínez, de los Estados Unidos, así como también representantes de organizaciones de derechos humanos y de ONGs vinculadas al ámbito judicial.

En un largo repaso de los principales ejes de la gestión de la Corte, Lorenzetti señaló el programa de Acceso a Justicia, con la creación del programa Gobierno Abierto. También se refirió a la igualdad de género y al trabajo que está desarrollando la Oficina de la Mujer. “Muchas tensiones sociales tienen que ver con la exclusión social”, apuntó, y destacó la tarea desarrollada en estos temas por sus colegas Argibay y Highton.

El presidente de la Corte se refirió también a los diferentes fallos que fijaron los criterios sobre los nuevos juicios por delitos de lesa humanidad , y a la reciente decisión de la Cámara de Casación penal que adoptó medidas para agilizar estas causas.

“La mejor manera de resolver conflictos es empezar a escuchar distintas voces. Por eso los debates en las audiencias públicas de la Corte han sido tan importantes”, señaló, en referencia a las audiencias por el tema de la vivienda y la contaminación del Riachuelo, entre otros.

También alentó a los jueces a “leer la Constitución con la voz del pueblo”, sostuvo que eso “no es populismo”, y consideró que “cada generación hace una relectura de su Constitución conforme a sus problemas y su tiempo”.

Explicó que “nuestra gente no pide grandes cosas, pide que la Justicia sea rápida, que seamos imparciales, que las sentencias sean en un tiempo razonable” y convocó a que “hagamos este esfuerzo porque vale la pena”.