miércoles, 3 de octubre de 2012

El reclamo de gendarmes y prefectos hablan más que veinte cadenas nacionales juntas


Todos los discursos presidenciales y las publicidades del gobierno en los canales oficiales, se hacen humo ante el reclamo de los gendarmes y prefectos argentinos.

Los discursos pintan una Argentina, y la realidad otra, tal es así que conmueve el reclamo de los uniformados quienes muestran sus recibos de sueldo que no superan, en algunos casos, los $3,100 mensuales.

Los prefectos cuentan sus historias, y demuestran como con el recorte de sueldos por decreto presidencial, algunos han percibido menos 400 pesos, es decir, no solo no cobró, sino que adeudaba, este gendarme contaba por televisión su triste historia, dice: "No sabía como llegar a casa y mostrar el recibo de sueldo a mi familia" 

Otros contaban sus esfuerzos, horas y días fuera de casa y lejos de su familia, estudiar dos años y trabajar arriesgando sus vidas para percibir un sueldo casi miserable, ser trasladados de un lugar a otro con sus familias para cumplir con su servicio.

A cambio de todo eso, el gobierno nacional, no solo que no le otorga los aumentos, sino que les recorta el sueldo injustamente, basta ver por televisión y conocer esas historias, ver a sus familias llegar de lejos con sus hijos para apoyar la protesta, es suficiente para entender el justo reclamo.

Solo un gobierno que ha perdido el rumbo del país puede tomar una medida de esa índole en perjuicio de quienes protegen la vida de la gente y quienes velan mientras los ciudadanos duermen, cumplen guardias, mientras ciudadanos comunes vacacionan o disfrutan un fin de semana largo.

Deberían gastar menos plata en publicidad oficial, hacer menos cadenas nacionales, pagar a menos ñoquis, dejar de robar y pagar a quienes se ocupan de la seguridad nacional, el sueldo que se merecen.  






 
Seguí desatando kilombos Cristina que total hay país para rato

Por un decreto de Cristina, recortaron el salario a las fuerzas y se armó un conflicto que crece, ahora el gobierno dio marcha atrás con la medida; pero el conflicto se agiganta.

Un cabo de prefectura con 20 años de antigüedad gana 3.100 pesos mensuales, una vergüenza, para una persona que arriesga su vida en el servicio. 
                                Estoy enamorado

Estoy enamorado, y tu amor me llega a estremecer

Aún mi corazón, y mi alma se conmueve.

¡Que bello es sentir en el latido interno de mi ser

La frescura de tu recuerdo, al pronunciar tu nombre

Lentamente y en el silencio acogedor de una velada inquieta!.


Estoy enamorado y respiro a cada instante la frescura de tu ser

Tan bello y amplio como inhalar el universo

Como desear en el silencio inoportuno de las noches

El grato recuerdo que acompaña mis suspiros.


Que me desvela en las soñadas noches sin sus lucientes estrellas

Y sin el manto inmaculado de ese amor

Que solo me acompaña y me alimenta en mis dorados sueños

Y me hace cabalgar detrás de tu mas deseado candor.



















Prefectura en alerta
Efectivos de Prefectura se encuartelaron por salarios

"Estaba cobrando 7.000 pesos (unos 1.550 dólares) y ahora paso a cobrar 4.100 pesos (910 dólares). Queremos cobrar un sueldo digno, que nos alcance a llegar a fin de mes, queremos una mesa de diálogo para negociar".

Un cabo primero de la Fuerza, advirtió que la situación "ya no da para más" y ejemplificó que "hay cabos que están cobrando 3.100 pesos".
"Estamos solicitando la presencia de más gendarmes", sostuvo el efectivo, quien se encontraba desde las 5 junto a medio centenar de compañeros en el edificio Centinela, en la Avenida Antártida Argentina 1480, barrio porteño de Retiro.

Cristina Kirchner firmó el decreto 1307 para las fuerzas de seguridad y 1305 para las Fuerzas Armadas que derogó once decretos anteriores con la intención de solucionar el problema. Pero esos últimos dos decretos llevaron a que de hecho la mayoría cobrara de bolsillo menos al blanquearse sus sueldos y descontársele las aportes sociales y el Impuesto a las Ganancias.

El conflicto amenaza con extenderse a todo el país.