La tiranía y el paredón
Suenan fusiles de pólvora blanca, se oye en la noche los gritos ahogados
El tribunal no dispuso su muerte, pero el pelotón lo envolvió en sábanas limpias.
Una de tantas fatídicas noches donde los cuerpos desfilan en frías mudanzas
Es que detrás del silencio callado, se esconde la muerte con fusiles cargados
Todo es oscuro, mientras el mundo resguarda su vida detrás de cortinas de tela tallada
La tiranía dispuso la muerte, el mundo entero en el paredón aguarda el fatal desenlace
Es que los fusiles disparan al azar, a unos les toca vivir, a otros morir y a otros escapar
La noche desciende como un velo que oscurece el firmamento, la tiraría ajusta su filo
¿No son estos sus uniformes de gala? ¿Colmados de medallas de plata, ni de brillo escarlata?
Blanca es la muerte, tibia la recepción, los pelotones de muerte un cómodo colchón
La excusa es la vida, la muerte una elección, en adornadas cárceles se espera la cruel decisión
¿A quien le tocará esta noche? Es el murmullo mudo que transita en la soledad del mundo
Los tiranos no visten sus trajes de gala, solo muestran atuendos color pureza
Pero la intención los vende, sus garras azules de alta élite se deslizan entre las sombras
Reflejando el blanco resplandor de sus guardapolvos que ocultos en su cuartel se ríen
Esbozando sonrisas pues sus carcajadas sedientas de poder se disimulan, para no inundar los largos
laberintos de los mundos cuyos corredores son como favelas que se hacinan de la interminable espera
Ellos lo crearon y soltaron su fiera para que la humanidad se esconda resguardada detrás de un barbijo..!