Ayer al fin pude pensar, con mi mente puesta en mi selencio clandestino,
Y analizar las horas que pasaron en mi pasado, que lejano, me acercaba una ilución.
Si fué triste mi ayer ya hoy asi no lo recuerdo, y puedo comprender la meta que a mi destino guía.
Sin saber porque ni preguntarme cuando, solo en silencio hasta encontrar su encanto,
Y demostrarme al fin que nada fué en vano, ni nada inútil, y nada sin razón.
Solo en silencio aguardando el momento de encontrarme en mi oración.
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