domingo, 23 de mayo de 2010
Libertad
Un día desperté y descubrí que era libre; pensé que la libertad significaba que yo podría volar, y entonces pude ver que me sangraban los pies...y me senté a descansar.
Pensé que la libertad significaba correr, y descubrí que el camino era demasiado largo y demasiado empinado para mi.
Pensé que no habría distancias y que el mundo estaba a mis pies, y descubrí que era pequeño el lugar donde yo podría ser feliz.
Pensé que la libertad significaba soñar y desperté...y pude ver cual es la verdadera libertad.
Escuche decir por allí, que la libertad es hacer tu propio camino, y la idea me gustó.
Escuché decir que es enfrentar tu propio destino y lo asumí.
Escuche decir que no es evitar el dolor sino afrontarlo, escuche decir que es luchar, que es aceptar tus propios errores y tus múltiples fracasos, escuche decir y me agradó...
Un día dejé a mis polluelos hacer sus propios caminos, asumir su destino, aprender a sufrir, y comenzar a vivir. Un día descubrí que ellos podrían ser libres y los dejé ir.
Los vi caminar y yo sufrí, los vi sufrir y me sentí morir, los vi rehacer y reviví... y pude comprender al fin, cual es la verdadera libertad.
Autor: Carlos Polleé
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