sábado, 29 de septiembre de 2012

                                                                El sofismo de Cristina

                                              ¿Mentiras verdaderas o verdaderas mentiras?

Lo que Harvard nos dejó, se podría definir como un sabor amargo de lo que, nosotros los argentinos, ya estamos acostumbrados, que nos mientan todo el tiempo, pero Harvard revela algo más, el hecho de que un presidente no pueda enfrentar a un grupo de jóvenes estudiantes con el solo hecho de decir la verdad y sin necesidad de la utilización de sofismos.


Habla a las claras de que se ha construido un modelo en base a la mentira el cual se ha transformado en una madeja de hilos que con el solo hecho de decir una verdad podría hacer caer todo lo edificado; como una torre construida con cartas de cartón, que al caer una sola sería suficiente para hacer caer todo el edificio.

Que fácil sería decir: "Si... la inflación se nos ha ido un poco de las manos" después de todo, cualquier presidente puede cometer errores, cualquier modelo de país puede equivocarse y tomar conciencia del error para ir mejorando sobre la marcha; de la cual dependen millones de argentinos. Negar la realidad es como el enfermo de cáncer que se niega ir al médico.

Pero cuando un modelo esta basado en el engaño, decir una verdad puede provocar un Tsunami de efecto dominó hacia atrás, una mentira desataría otra mentira, y otra la otra, y así una sucesión de cosas que no es grato para quienes se coronan de soberbia y prefieren hundirse con el barco antes de enviar el tan anhelado SOS.

Argumentar falsamente, pero con apariencia verdadera, con la que se pretende confundir a las otras personas. Igual a sofismo. 
En este caso, los alumnos de Harvard; pero a la vez se les ha mentido a todos los argentinos, sin embargo aún así queda muchas preguntas sin respuestas; ¿Como sería decir la verdad y blanquear ahora que el país no esta bien, que hay inflación y cepo al dólar, etc.etc.?

Automáticamente vendría una avalancha de preguntas ¿Pero si el país no esta bien, como es posible que usted en nueve años de gestión, junto a su esposo haya aumentado su patrimonio personal de siete millones de dólares a setenta millones?

En la época de Menem; nadie se atrevía, luego que él dejo el mandato, a desactivar la bomba de la convertibilidad, lo hizo Duhalde, no sin antes ofrecer un millón de planes sociales para que actúe como una especie de calmante y aquietar a la convulsionada sociedad.
Ahora ¿Quien se animará a desactivar la bomba de la mentira K?
  



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